viernes, 30 de noviembre de 2012

Zombis reales

Los zombis son unos de los subgéneros más recurrentes en el mundo del terror. Algunos ejemplos destacables que lo han potenciado son el videoclip Thriller de Michael Jackson, el comic y serie de televisión The Walking Dead, las películas y videojuegos de Resident Evil, o la película española REC.

De cara al entretenimiento es indudable la calidad de las historias de zombis, pero también pueden tener otra lectura, los zombis como reflejo de la sociedad. Por ello, a continuación, una pequeña reflexión sobre el asunto.

A lo largo de la historia de la humanidad, se puede observar que siempre se ha caracterizado a los seres humanos por una dualidad suprema, el bien y el mal. El pensador inglés John Locke la definía como “aquello que tiene la capacidad de producirnos placer es lo que llamamos un bien, y lo que tiene capacidad de producirnos dolor lo llamamos un mal”. Los zombis pueden interpretarse como una metáfora del mal, la negatividad, las sombras; mientras que el camino opuesto lo pueden formar todos aquellos seres que proporcionen el bien, el optimismo, la luz. 

Las historias de zombis pueden definirse como una continua lucha del bien contra el mal, pero en un sentido más profundo. Los zombis pueden reflejar el dolor, la negatividad procedentes de otras personas, teorías conspiratorias repletas de irrealidades, egoísmos, en definitiva, el monstruo que el ser humano lleva dentro. La supervivencia del bien es lo único que queda, a la espera de encontrar un antídoto para todas aquellas personas infectadas por las tinieblas del ser humano, un antídoto que siempre existe aunque sea difícil de encontrar.

Los zombis pueden reflejar las sombras del ser humano, pero la luz que está presente en algunos es la esperanza para que perdure la especie sin que se propague la pérdida de humanidad.


miércoles, 28 de noviembre de 2012

El Filósofo en Llamas 2.0

¡Hola! Comienza una nueva etapa en El Filósofo en Llamas. Un nuevo diseño acompañado de nuevos contenidos, pero bajo una misma esencia: el análisis y la evolución.

La sociopolítica, el deporte, la música, los medios de comunicación, las series, el cine, el ocio y pequeños toques de humor, tendrán cabida en este blog.

Se pretende reflejar la luz de la sociedad por encima de cualquier sombra, al son del avance.

miércoles, 18 de julio de 2012

La manipulación desde el sigilo

En este espacio quisiera abrir una reflexión sobre el rol del sigilo como arma letal contra las personas. Hay entes, organizaciones, grupos o individualidades que perjudican y dañan a la gente con técnicas de manipulación que pueden incluso coquetear con el maltrato psicológico. Un simple "tienes que cambiar eso", "es lo que hay que hacer", "las cosas son así y punto", "para salir de la crisis económica este es el único remedio".

En esta sociedad, emergen opiniones y recomendaciones acerca de cómo llevar nuestras vidas y evolucionar. Es cierto que nos encontramos con consejos repletos de buenas intenciones, pero por desgracia otros buscan el beneficio propio antes que el de la persona a la que se trata de ayudar. El sigilo es la vía. Simples comentarios aparentemente inocentes pueden traducirse en manipulaciones que buscan un cambio con principios ajenos a quien los recibe.


Cada persona es como quiere ser, la evolución es encontrarse asimismo y vivir como cada uno quiera vivir, mejorando lo que cada uno quiera mejorar y siempre intentándolo bajo sus ideas para crecer. La evolución no son patrones estándares de comportamiento, son los patrones que cada uno quiera seguir. La vida son distintos caminos y esa es la esencia del ser humano, la riqueza de su diversidad.

sábado, 16 de junio de 2012

Gestión pública y participación

La gestión pública implica una notable carencia de participación ciudadana en los asuntos que afectan directamente a éstos. Dado el interés colectivo que tienen como resultado las acciones de los gestores públicos, existe moralmente el dilema de conocer si la gestión pública es la forma realmente justa y eficaz para conseguir ese bien común para la sociedad, o bien, si la participación es esencial y primordial para lograr ese interés colectivo.

A la hora de valorar la importancia de la participación, es importante conocer sus ventajas e inconvenientes. Con la participación se logra adquirir una mayor capacidad de conocimiento de los intereses perseguidos por cada grupo social y el resultado será más prolongado en el tiempo; sin embargo, los recursos que se invierten para estas medidas son demasiado costosas y consumen gran cantidad de tiempo por ejecutividad, por lo que la intervención de gestores público sería la mejor vía de responder a esos problemas. La solución a este problema de saber que es lo más justo para el ciudadano, se encuentra en la legitimidad.

La participación parece ser que ha dado lugar a que los ciudadanos elijan que la solución de sus problemas sea mediante la dotación de legitimidad a los gestores públicos. Nos encontramos ante la tesitura de que existe una cesión ciudadana hacia los gestores públicos sin necesidad de participación, ya que gran parte de la sociedad de hoy en día se muestra extremadamente conformista y sólo les basta con participar en la elección de los gobernantes cada cuatro años. Por lo tanto, la legitimidad de algunos gestores públicos se renueva cada cuatro años en las elecciones.

Para un sector importante de la ciudadanía, la legitimidad debe traspasar las fronteras meramente electorales. Al igual que se valora la dinamicidad de la sociedad a la hora de que actúen los gestores públicos, debe considerarse también que las opiniones ciudadanas son continuamente cambiantes. Para lograr la satisfacción global entre la gestión pública y la participación, se debe acudir al término medio. La legitimidad debe adaptarse a la evolución de la sociedad, por lo que no puede ser aceptable que la legitimidad de algunos de los gestores sea renovada cada cuatro años en las elecciones. La legitimidad debe ser renovada día a día, no es necesaria la convocatoria de elecciones, basta con simples sondeos para saber la opinión de la gente.

domingo, 3 de junio de 2012

¿Y si se prescindiera de los partidos políticos?

Los partidos políticos son hoy en día ángeles y demonios de cualquier sistema. Cabe la posibilidad de que si se prescinde de los partidos políticos nos podríamos encontrar con un sistema caracterizado por un mayor reflejo de la diversidad de la sociedad que lo caracteriza.

Sin embargo, las luchas entre los partidos políticos quizás enciendan la llama que genera políticas públicas. Tienen la presión de todo un sistema de partidos y la obligación de satisfacer a ciertos sectores de la sociedad con motivo de la búsqueda del voto para alcanzar o mantener el poder.

Sin partidos políticos puede que las políticas públicas se encuentren desprotegidas. Carecerían de las citadas formas con las que se encuentran presionados por el propio sistema de partidos, puediendo existir una cierta reducción del control y de la gobernabilidad.

En cierto modo, un sistema político que prescinda de los partidos políticos comparte ciertas ventajas con los sistemas políticos proporcionales, por el reflejo de una mayor diversidad de la sociedad. A su vez, también ve acentuadas sus desventajas, como es el caso de la pérdida de gobernabilidad.

Es difícil conocer cuál de las dos formas es más eficaz, si con partidos políticos o sin ellos. Se produce un dilema entre la pérdida de gobernabilidad con la que dotan los partidos políticos al sistema frente a un posible aumento de la representatividad de los ciudadanos. Este hecho es consecuencia de la presumible participación más directa en el mismo por el incremento de la proximidad entre el sistema y los ciudadanos.

jueves, 12 de abril de 2012

¿Hay igualdad en la Globalización?

La Globalización supone uno de los temas más actuales del panorama global. La Globalización se encuentra dentro de los ámbitos más influyentes de la sociedad, sobretodo el económico; pero cabría preguntarse, paradójicamente, ¿existe igualdad ante un proceso que busca la integración de todas las economías?

La Globalización consiste en la consecución de un mundo totalmente idéntico en cuanto a economías, donde el Capitalismo es la base fundamental del proceso. Este sistema se basa en la economía, pero para poder extender su poder se busca abarcar los ámbitos más esenciales de la humanidad. La cultura, la sociedad, la política sufren directamente las virtudes y estragos de la Globalización.

La economía lo es todo, es la primera idea que hace saber la carencia de igualdades dentro de un proceso que aparentemente busca la unidad de todos. No sólo crea desigualdad por medio de la economía, sino que la influencia que tiene sobre otros ámbitos genera cierta desigualdad.

El gran beneficio posible del proceso globalizador es la adquisición de una mayor facilidad de gobernabilidad en las empresas por la similud de sistemas económicos en casi todas las partes del mundo. El capitalismo se alimenta por sí mismo, pero a costa de acabar con los otros sistemas posibles.

La Globalización defiende la erradicación de la pobreza mediante su sistema. Desde las teorías globalizadoras, se considera que con el liberalismo económico se puede lograr un mayor beneficio para todos. A pesar de ello, resulta cuestionable si la Globalización ayuda a una igualdad económica si precisamente se trata de fomentar el poder económico de las grandes empresas.Con la Globalización, la vida resulta mucho más fácil, pero por luchar para conseguir una economía común, se fomentan las diferencias entre los que tienen un poder adquisitivo mayor y los que no lo poseen.

En conclusión, en la diferencia radica la virtud. Con la Globalización las culturas y sociedades se ven claramente perjudicadas, por lo que hay que tratar de fomentar la igualdad al tratarse de un principio fundamental de la democracia. Se puede observar que la Globalización fomenta la igualdad para tratar desigualmente a los que no ostentan el poder económico.

martes, 20 de marzo de 2012

¿A quién votar en las Elecciones?

Cuando nos acercamos a unas elecciones, se da la circunstancia de votantes que no tienen claro el partido político por el que decantarse en su derecho al voto. A partir de ello, se puede observar la distinción entre votantes que se engloban en el ámbito ideológico o estratégico, junto a otras posibles formas de actuar en los electores.

Nos encontramos inmersos en un sistema partitocrático en el que las ideologías cobran un segundo plano ante las necesidades del propio sistema, como la captación del voto por encima de las ideas de partido o algunas necesidades que han nacido de la crisis económica. Los partidos minoritarios, especialmente, los que no obtienen representación parlamentaria, suelen copar mayor carga ideológica.

Por otra parte, existe el denominado voto estratégico. Bajo esta premisa, Downs, teoriza sobre el voto en función del beneficio que esperan obtener de los gobernantes. Puede aplicarse a casos en los que un votante no se encuentre identificado con un partido político. Por ejemplo, aquellos votantes que quieren evitar el bipartidismo votan a una tercera fuerza política con representación, convirtiéndose en una fuerza emergente.

Finalmente, existen otros casos a mencionar como son el voto en blanco y el voto nulo. Es importante conocer que la Ley D’Hont conlleva que el voto en blanco no sea neutral, como puede parecer a simple vista. Este sistema conlleva que al producirse el reparto de escaños, los votos en blanco computen en los votos totales, aumentando el porcentaje de votos exigidos para asignar los escaños, desfavoreciendo a los partidos minoritarios y favoreciendo a los mayoritarios. Para una verdadera neutralidad, podemos encontrar el voto nulo que es considerado como voto pero no computa en el número de votos totales a la hora de repartir los escaños.

"Cuando se desea algo de verdad, todo el Universo conspira para ayudarte a conseguirlo" (Paulo Cohelo)