A principios del mes de marzo de este año 2016, aparecía en los medios de comunicación la
noticia acerca del ranking del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre
los barrios más pobres de todo el territorio español, en función de la renta media anual por hogar.
En esas estadísticas, pertenecientes al año 2012, se observa que siete barrios sevillanos se encuentran entre
los trece primeros puestos.
Los datos pueden encontrarse en el INE, aunque también son
aclaratorias las noticias que han surgido de los mismos en medios como El Confidencial o Diario de Sevilla. Mientras que el primero hace referencia indistintamente a barrios y calles del país, este último medio hace una traducción de
los datos y realiza la siguiente clasificación de barrios sevillanos con mayor índice de
pobreza: 1. Tres Barrios-Amate (incluye a "Los Pajaritos"), 2. Las Tres Mil Viviendas, 4. Torreblanca, 8. Las Letanías, 10. Polígono Norte, 11. El Cerro del Águila y Su Eminencia, y 13. Polígono San Pablo.
Este que escribe es de Sevilla, una ciudad en la que desigualdad es impresionante. Basta con dar una vuelta por la zona de Nuevo Torneo que se caracteriza por unas majestuosas torres empresariales de alto poder adquisitivo, pero que tienen como contraste al poblado chabolista El Vacie, fuera del ranking del INE.
Imagen: barriadasmarginales.blogspot.com
La dualidad en Sevilla, al igual que en otras ciudades del mundo, es una característica inequívoca de su esencia. Siempre nos encontramos con ricos o pobres, PSOE o PP (tendencia a la baja), Virgen Macarena o Virgen Esperanza de Triana, Real Betis Balompié o Sevilla Fútbol Club...
No hace falta comprobar estas estadísticas, se ve en las calles con personas que no tienen nada buscando en los contenedores de basura o con otros ciudadanos que tienen la suerte de tener un techo aunque no un empleo. Por eso, hay que considerar también a esa gran masa de sevillanos que somos hijos de la crisis y que cada vez está más complicado emanciparse de los problemas económicos o del desempleo. Al igual que ocurrirá en otras zonas de España y el mundo, es difícil encontrar a alguien que resida en Sevilla que tenga solvencia económica con independencia de otras personas como de la familia, o que trabajen sin tener horarios y/o sueldos precarios, sin contar a aquellos que lograron trabajo fijo antes de la crisis y como es el caso de los funcionarios.
A los que nos sacamos unos estudios y no encontramos trabajo nos han estado llamando la generación perdida, ahora nos encontramos con que en Sevilla hay un alto índice de pobreza con respecto a otras ciudades, pero siempre nos queda la riqueza de luchar por lo que siempre hemos querido ser. Las semillas darán sus frutos.
