En la final de la Copa América 2015 de fútbol, Chile venció a Argentina. Este hecho supuso la segunda final consecutiva que perdió Argentina tras la malograda en el Mundial 2014. Muchas han sido las críticas al juego de la selección argentina y mucha la tristeza la que ha invadido a los habitantes del país sudamericano.
Eso me ha hecho pensar en otras derrotas que han marcado la historia del deporte. Si se miran desde el punto de vista positivo, esas derrotas han servido para aprender a ganar en el futuro. Son innumerables, pero algunos ejemplos pueden ser:
-Alberto Contador ha visto su camino lleno de obstáculos como polémicos dopajes de dudosa veracidad, exclusión de su equipo en un Tour de Francia, fracasos deportivos o críticas. Tras ello, ha ganado algunas Vueltas a España y, en 2015, ha ganado el Giro de Italia y busca su tercer Tour.
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-Final de la Copa del Rey 1997 de fútbol que el Betis perdió ante el Barcelona en la prorroga. En 2005, un equipo sin miedo a perder lograba el titulo copero ante Osasuna. En 2014, tras una mala gestión en los momentos malos de un grupo bien preparado sin experiencia, se descendió a Segunda División. Ahora, un grupo bien preparado que ha mezclado lo viejo y lo nuevo, con personal que poseen experiencia deportiva, han corregido errores para lograr ascender a Primera División.
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-Valentino Rossi se encontró con una nueva generación de pilotos que acabaron con su dominio en el motociclismo. A sus 36 años, ha resurgido de entre las sombras para disputar el mundial 2015 frente a su compañero Jorge Lorenzo. Gane o no gane el mundial, ya sólo por las victorias que ha logrado tienen un gran mérito deportivo al sobreponerse de los malos momentos.
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Además, se habla del bajón competitivo de estandartes nacionales del deporte como Fernando Alonso o Rafa Nadal. ¿Nadie se acuerda del bajón de Pau Gasol tras conquistar los dos anillos con los Lakers? Ahí está exhibiendo un gran juego. Si aún tienen edad de alta competición, pueden aprender de las derrotas para volver a ganar cosas importantes y sino lo podrán lograr, ya sea como entrenador o como algún cargo en entidades deportivas.
En conclusión, la derrota es un obstáculo, pero también un aliado. Si se pierde se aprenden valores y experiencias que un todopoderoso rival que siempre lo gana todo no tiene. Cada persona que lo logre, se convierte en un ave fénix.
